¿Cómo planteamos una sesión de pruebas en circuito cerrado?
- seaxaidevloop
- 13 ago
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 14 ago
Últimamente nos preguntan cómo pasamos de la simulación en oficina a un vehículo que opera por sí solo. La respuesta corta: simular es el paso previo, nunca el destino. La simulación nos acerca, pero la realidad siempre es distinta, así que la usamos para reducir iteraciones y tiempo de pista.
Cada sesión de pruebas la diseñamos con objetivos medibles, escenarios controlados y seguridad por encima de todo. En esta tanda nos centramos en hacer el viaje más cómodo ajustando la velocidad en curvas y en rodar durante 30 minutos seguidos sin intervención humana en lo dinámico.
Objetivos de esta sesión
Confort en curvas: ajustar dinámicamente la velocidad para mantener la aceleración lateral dentro de un umbral cómodo. En la práctica, significa entrar a cada curva a la velocidad adecuada para que los pasajeros noten una transición suave, sin tirones ni balanceos bruscos.
Operación continua sin intervención (30 min): demostrar que el vehículo puede completar sesiones largas sin correcciones humanas de dirección, freno o acelerador, manteniendo un seguimiento de trayectoria estable y un volante sin microcorrecciones nerviosas (sin obstaculos en el camino).
Cómo lo probamos
Antes de pista: simulamos los escenarios y definimos criterios de éxito.

En pista (circuito cerrado): validamos que tanto los sensores como los actuadores responden adecuadamente y lanzamos el test que consiste en completar diversas pruebas sin obstaculos.
Seguridad: geofence activo, checklist pre-run, plan de safe stop y operador de seguridad en el puesto de conducción.
Qué observamos durante la prueba
En curvas, el vehículo reduce la velocidad con antelación, entra con una aceleración lateral controlada y mantiene la trazada sin “dientes de sierra” en el volante. Al salir, recupera velocidad de forma progresiva, evitando tirones. Cuando el control no necesita correcciones bruscas de dirección, la sensación a bordo es de confort y previsibilidad: menos balanceo, transiciones suaves y ninguna sorpresa para quien viaja.
Durante la sesión larga (30 min sin intervención), el seguimiento de trayectoria se mantiene estable: el coche corrige pequeñas desviaciones de forma lenta y amortiguada, sin microgiros rápidos que delaten un control “nervioso”. El patrón del volante se percibe suave y continuo, y la conducción conserva un ritmo constante incluso en curvas enlazadas (encadenamientos izquierda-derecha).
Traducido a sensaciones: el coche no apura frenadas antes de girar, no “sacude” al entrar o salir de la curva y no vibra en recta por microcorrecciones innecesarias. Resultado: una experiencia más cómoda y predecible, que acerca nuestro objetivo de ajustar la velocidad según la curvatura sin sacrificar eficiencia.
Nota: de forma sencilla, el sistema calcula la velocidad adecuada en función de la curvatura de la vía para mantener la aceleración lateral “en zona cómoda”. Así se prioriza el confort sin perder eficiencia.
Qué nos llevamos de esta tanda
Validamos el enfoque de velocidad adaptativa por curvatura para mejorar la experiencia de viaje.
Confirmamos que la plataforma puede rodar 30 minutos seguidos sin intervención dinámica, con comportamiento predecible.
Próximos pasos: ampliar escenarios (curvas más cerradas, firme irregular) y comparar diferentes configuraciones de control para refinar confort y eficiencia.
Glosario rápido
Aceleración lateral: la “fuerza” que sientes hacia el lateral en una curva.
Seguimiento de trayectoria: qué tan bien el vehículo se mantiene en la ruta planificada.
Microcorrecciones: pequeños giros rápidos del volante que, acumulados, generan sensación de temblor.
Seguridad -> Pruebas realizadas en circuito cerrado, con protocolos específicos y operador de seguridad. No representan condiciones abiertas al tráfico.

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